¡Buenas noches! Me alejo unos preciados minutos de mi nueva vida como nadador de alto rendimiento 😎🏊 para zambullirme en las turbulentas aguas de la ficción 📚, con la tercera parte de la crónica de la campaña de Llegaron del Oeste que estamos jugando con Burning Wheel.
Las 2 entregas pasadas (1ra y 2da) cubrimos las sesiones 1 a 7, aproximadamente, y quedamos justamente a las puertas de un descanso para el grupo, debido a la necesidad de Vlad de recuperarse de una grave herida en un combate contra una araña. Aprovechamos este parate para que cada héroe volviera a su respectivo hogar, hacer votación de rasgos y de paso utilizar por primera vez las reglas de práctica (ahí sí que todos los jugadores parecían contadores).
Primero, la votación de rasgos. Es un proceso de Burning Wheel en el que el grupo vota nuevos rasgos, reputaciones, pero también puede quitarlas. Durante esta votación, el jugador tiene voz para proponer o argumentar, pero no voto, lo que significa que su personaje cambia según la percepción de los demás jugadores y no por una decisión individual del jugador que lo lleva.
Cualquier instancia que atenúe un poco la tiranía de cada jugador sobre su personaje es para celebrar, pero también hay una filosofía, creo, detrás de esto, propia de Burning Wheel: la percepción ajena moldea nuestras personalidades. Los espectadores, con su visión, afectan al héroe y a su épica, e introducen un elemento colectivo en un juego que de otro modo podría parecer muy individualista.
Pero no me quiero desviar. Cuestión, que hicimos la votación de rasgos, y cada héroe recibió 2 o 3 de ellos. En resumen, Vlad ganó el rasgo "Exaltado", indicador de su vínculo con los espíritus del bosque y con la propia luna, y otro rasgo que le permite aprender habilidades de lobo; Espino ganó el rasgo "Apesta a humano", el cual le permite aprender habilidades de humano que no requieran una fisonomía especial (manos con pulgares oponibles), y le da una reputación que puede o no perjudicarlo al vincularse con otros lobos; Leanathar ganó el rasgo "Pastor de árboles", por su labor entrevistando árboles cada sesión. Este rasgo le otorga un bonificador especial (call-on trait, para entendidos) a tiradas para hablar con árboles. Adicionalmente, ahora Leanathar puede utilizar sus Círculos para invocar conocidos dentro del mundo humano. Si quieren los datos duros, hice una publicación recientemente con algunos rasgos nuevos. Puede que haya algunas diferencias leves con lo que terminaron recibiendo los personajes, pero más o menos se corresponden.
¿Pero qué pasó en este parate de 3 meses? Vlad consiguió finalmente la piel de lobo que tanto quería, tratada y encantada por una Talabartalera y encantadora de Burivostok llamada Ljusha. Con su nueva piel, fue de algún modo perdonado por los pueblerinos, quienes reconocen en el portador de una piel, a un noble y a un guerrero. Hacia el final de su descanso, fue increpado por Artjom, un joven que perdió a su madre a manos de Vlad en su vida anterior como verdugo y carnicero, y que fue de los primeros en reconocerlo en el pueblo (como todo verdugo, operaba de incógnito). Artjom, también portando la piel, pero de un ciervo, le dijo que estaba en falta con él, por haber matado a su madre, y que para resarcirse debía ayudarlo a salvar a su hermano, habitante de Anrikjenna, de un asedio en el que la tienen, hace semanas, los orcos. Vlad accede a ayudar a Artjom, y envía a Bellota, el cuervo de Espino que opera de walkie talkie entre los héroes.
Espino, durante esos 3 meses de parate, volvió a los dominios de su manada, para acompañar a Kiyaya en el parto de la nueva camada y cuidar de sus tierras durante el invierno. Pero ese invierno le trajo malas noticias, dado que un sólo cachorro nació del vientre de su compañera. Kiyaya lo adjudicó al espíritu de la caverna en la que suelen tener cría, que, como tantos otros, huyó al este y dejó de dar fertilidad a la manada. Espino corroboró una ausencia extraña en esas cuevas, y decidió ir a pedir consejo al Gran Ciervo, así como para preguntarle el motivo por el cual no hay un Gran Lobo. El Ciervo le contó que la Luna está relacionada con la desaparición del Gran Lobo, y con que no naciera otro posteriormente, y que se cree que la propia Luna de algún modo se alimenta o crece con la fuerza de espíritus caídos. Con esta información, fue hacia el norte, hacia Rea, al encuentro con Leanathar.
Leanathar, durante los 3 meses, volvió a Rea y descansó y entrenó en sus tierras, luego de dar un informe al consejo de ancianos en lo relativo a sus expediciones al oeste del Río Largo. Bellota, el cuervo, encuentra a Leanathar en medio de los festejos de la primavera, una serie de bailes y festivales durante los cuales los elfos conmemoran la derrota cíclica del invierno por las fuerzas de la renovación y la fertilidad. Leanathar aprovechó esta oportunidad para interrogar al padre de Amarye personalmente. Amarye, su amada, elfa noble, está triste y solitaria debido a que Menethor, su padre e integrante del consejo de ancianos, le anunció su intención de marchar hacia el este, más allá del Monte Borneo, donde los elfos tienen un refugio a salvo de toda mácula.
Leanathar está algo decepcionado por el contraste entre las tierras humanas, atenazadas por la Sombra al Acecho, y los elfos, sumidos en sus festejos o planeando huir del peligro, por lo que aprovecha los bailes para buscar un momento a solas con Menethor, y le expone sus críticas.
Algo posee a Leanathar, que genera discordia durante los festejos introduciendo su voz y su canción para contar de los peligros que se avecinan desde el oeste, entristeciendo a varios elfos, que lo dejaron a solas con Menethor. Allí, le preguntó sobre sus planes de emigrar, indagó más sobre las internas en el consejo de ancianos, y descubrió que hay 2 formas de interpretar la Canción del Mundo, sagrada para los elfos: una a favor de intervenir en el desenvolvimiento de la Canción, y otra a favor de la estricta neutralidad del pueblo élfico. Menethor solía pertenecer a la última facción, junto con un más joven Syragon (el elfo renegado a quien buscan), pero luego de que Syragon huyera de un castigo asesinando a sus guardias, por vergüenza decidió tomar un rol más pasivo en el consejo de ancianos. Leanathar logra que Menethor se avergüence por su conformismo en los tiempos críticos que corren, y logra que Menethor declare el no pago de la Deuda Externa. Bueno, a tanto no llega, pero tiene el compromiso de Menethor de obtener una fuerza modesta para ayudar a quebrar el asedio de Anrikjenna (Abismo de Helm, ¿quién te conoce?).
Y acá corto por hoy, sino se hace inmanejable. La próxima sigo con lo que queda de la 8va sesión, con lo cual la crónica queda al día con la campaña. Un amigo me dio la idea de aprovechar esta crónica para mantener un registro pormenorizado de lo que ocurre en las sesiones y no depender de notas o de mi memoria. Hago algo de adaptación para publicar, pero ahora que voy a publicar la crónica sesión a sesión, puede que me abandone a los detalles intrascendentes propios de las campañas roleras. ¡Prepárense!