viernes, 18 de noviembre de 2022

Llegaron del Oeste: Crónica, parte VII

¿Por qué cada vez que retomo el blog, se siente como un duro despertar, como instigar a una musa moribunda a criminal acción? Me van a tener que perdonar el ánimo escatológico, ya que vengo de ver Mad God 2 veces y la cabeza me quedó jodida. Eventualmente puede que escriba algo sobre esta maravillosa película, una vez que tome algo de distancia.

Lo que me mantuvo alejado del blog fue una atómica combinación entre viajes de fin de semana y cambio de proyecto en mi trabajo, que me está dejando 😩 extenuado. Pero en fin, Dios le da a sus mejores guerreros las peores batallas 👐. 

Lo otro que me viene jodiendo la cabeza es La Morte D'Arthur, de lo que ya escribí. Después de la búsqueda del Santo Grial, quedé saturado de imágenes cristianas, y no estaba preparado para tanto delirio. La mesa de Pendragón se acerca a firme galope 🐎.

Basta de dilaciones. ¡Es la 12va sesión de Llegaron del Oeste! Número ominoso si los hay, y que marca la cercanía de nuestros héroes a desentrañar la figura de la Sombra al Acecho, descubrir qué origen tuvieron los orcos como criaturas, ¿la posible responsabilidad de los elfos en esta situación? Y el por qué los Grandes Lobos tienen un lugar particular entre las criaturas del mundo espiritual. Muchas preguntas, sí, pero a diferencia de George R. R. Martin,

😌

...me quedan más años de vida.

Cortamos con Leanathar y Vlad subiendo las empinadas escaleras a la Torre del Perdón en Anrikjenna, verdadera Ciudad Mística. Su recién conocido contacto con Ljubljana (la Hermana Regente), de nombre Regir el bibliotecario, quedó atrás y demolido por el agotamiento de aquella escalera en apariencia interminable.

Pero Leanathar y Vlad sí resistieron y llegaron. En su cima, una señora de cierta edad, vestida de blanco y sentada al lado de una campana. Ljubljana les habló de lo duro que es ser un campanero, de cómo uno se va quedando sordo por su pasión por comunicar la Verdad a la grey.

Ljubljana, Tineva, y su séquito de hermanas

Luego, se levantó y saludó a los huéspedes, a Leanathar y Vlad. Su atención, sin embargo e inesperadamente, no se posó en el elfo sino en el ex carnicero humano. Y esto por su escudo, que denotaba su noble linaje.

Sin embargo, alcanzó un torpe saludo de Vlad para que la Hermana se incordiara y su humor mudara repentinamente. Y al notar que venían a cuestionar su forma de llevar los asuntos en su propia ciudad, se enojó:

Sólo Vlad parlamentaría con ella, sí, el carnicero de torpes palabras, ya que es el único noble en el grupo, y tal es la costumbre. Leanathar se enfureció, y tras un intento fallido por inventarse un origen noble, bajó las escaleras furioso con las amenazas de Ljubljana de declararlo persona no grata en la comunidad. La cosa no quedaría ahí con el elfo, pero Ljubljana se voltea y, aún impaciente, le exige a Vlad que comunique sus intenciones.

Volvemos con Espino, sin embargo, a quien se acerca Haya, una loba rescatada la sesión pasada, a comunicarle por qué estaba adelantada en las estribaciones del monte Tanaqoma cuando quedó atrapada.

Hay un espíritu nuevo en un lago que se torno ácido por efecto de la erupción, un un espíritu de naturaleza acre y poco amigable para la vida, uno pensaría, pero que exuda vitalidad. ¡Un espíritu que devuelva la fertilidad a la manada! Espino y Haya llegan rápidamente allí, y encuentran que el espíritu no sirve del todo, ya que deben combinarlo con otro menos hostil para obtener lo que necesitan.

Espino y Haya realizan un ritual para capturar el espíritu en una roca y poder llevarlo hacia sus tierras, al oeste del Río Dlinnji (Río Largo). Luego de resuelto esto, Espino... corre? galopa? se desplaza enérgicamente hacia el sur, cruzando el río Zaberh, hacia las lindes de Anrikjenna.

Volvemos (get a load of those idas y vueltas) con Leanathar, que, aún furioso como no solía estarlo nunca, se asoma a los muros de Anrikjenna, mata un orco solitario con su arco, y lleva de vuelta su cabeza a la Torre del Perdón, ante miradas atónitas que temen el terrible poder de los elfos cuando se encienden en ira.

Sube las escaleras, ahora sí, visiblemente cansado por el esfuerzo, sin embargo llega al último piso y arroja la cabeza a los pies de Ljubljana, interrumpiendo su discusión con Vlad.

¿En qué iba esta discusión? Vlad expresa la necesidad de que Anrikjenna organice su defensa, para colaborar con las tropas de Vladivostok apostadas al norte y sureste de sus muros. Ljubljana niega la importancia de esta "invasión", a la que ve como una prueba divina para hacerlos olvidar sus deberes piadosos. ¿En qué consisten estos deberes? Ljubljana cree que la ciudad debe alcanzar el máximo parecido a la ciudad del Oeste de la que toma uno de sus nombres. Shestimostá, la de los 6 puentes, uno por cada una de las virtudes de su credo. Anrikjenna, lamentablemente, sólo tiene 4 puentes, y las 2 virtudes que no han cubierto todavía son el Estoicismo y la Memoria, y por eso son castigados y tentados.

La cosa iba bien, hasta que aparece la cabeza del orco a sus pies, lo que espanta completamente a Ljubljana (falla tirada de Steel), trastocando su relativa tranquilidad. Ahora ve que el orco es real, sí, pero también la discusión con Vlad deviene en un festival de ad-hominems y acusaciones de locura.

Para cuando termina la cosa, ambos están emocionalmente exhaustos (jugadores, personajes, y psicoesfera, todo), pero Ljubljana respira hondo y llega a un veredicto: revertirá el (decidido apenas unos instantes antes) exilio y declaración como enemigo a Leanathar y Rilike (el caballero que los ayudó apenas ingresaron a la ciudad). Permitirá, también, a Rilike convocar por su cuenta a burgueses (habitantes del burgo) a la defensa de su ciudad, sin oponer resistencia ni censurarlos. La ciudad continuará, sin embargo, con la construcción de sus puentes, y Vlad debe ayudar personalmente en dicha tarea. ¿Por qué el extraño interés personal de Ljubljana por el carnicero?

Para cerrar, Espino. El lobo se encuentra con el destacamento militar de Varja, pero de lejos escucha que discuten al abrigo de unos arbustos tupidos. En concreto, discuten Artjom (el niño del cuchillo, ahora hombre, y por ahora aliado de Vlad) con Varja, quien insiste en que no hay modo de expulsar a los orcos, y que deben retirarse al menos parcialmente. Varja planea traicionarlos! Espino emite un profundo aullido delatando la traición, el cual llega a Vlad.

¡Y con esto cortamos por hoy!

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