A veces me empieza a dar vueltas esta pregunta, ¿para qué escribir, diseñar, publicar, mostrarse? Por momentos parece un doloroso e inútil capricho de trascendencia, que quita tiempo de otras tareas más mundanas pero también importantes, si no más.
En algún momento hace un año decidí que me había agotado el diseño de juegos y lo dejé hasta el día de hoy, aunque satisfago algo muy similar al dirigir una campaña, diseñar mecánicas para esa campaña, etc. No largué del todo esa actividad, pero se volvió algo más interno y para mis círculos cercanos, que un intento de largar productos a la esfera pública.
Sin embargo, el parásito de la socialización volvió a presionar, y como compromiso se me ocurrió reactivar el blog. Es un entorno un tanto más ostracista o solitario, poco atractivo para la lectura incluso, con la facilidad con la que nos acostumbraron las redes sociales a contenido fresco, digerible, recién salido del horno 👌👌.
Es algo que puedo compartir con las personas específicas a las que, creo, podría interesarles; publicar algo testimonial en facebook y twitter, y seguir de largo. No voy a decir que esto me permite abstraerme de la ingeniería social, pero me da una satisfacción parcial por haberme dedicado a producir en lugar de a consumir (si bien hay también producción en el consumo).
¿Por qué ese deseo de acceder a la esfera pública, y por qué es tan difícil sustraerse de ese impulso? El filósofo Heinz Moeller habla y escribe sobre la profilicidad, es decir, vomitado por mis palabras, la necesidad actual de construirse un perfil público (pero vayan a ver algún video suyo). En este panorama, negarse a tal mandato puede ser una forma de muerte social, o por lo menos de irrelevancia. En primer lugar, renunciar a la esfera pública implica perder el acceso a la siempre efímera "actualidad", por estar al día con el debate, memes, tendencias. En segundo lugar, porque esta esfera pública ofrece una promesa de trascendencia. El creador de contenido, ya sea que cree porno, video ensayos o juegos de rol, alimenta esta maquinaria y recibe crédito social por eso. Los mejores, pueden hacer de la creación de contenido su trabajo.
Ser un Creador te sujeta a otras reglas y expectativas. Hay que ser un ejemplo para la comunidad, al menos públicamente, cosa que en el anonimato no importa tanto. Las personas exitosas pueden pasar de recibir la adoración absoluta al odio más abyecto. Pero dejan su marca en el mundo. Es lo más cercano a la gloria del héroe de antaño que se me ocurre, en un mundo donde el escrutinio público y el discurso reemplazaron al honor.
El deseo de trascendencia es un virus inevitable, y elegir el ostracismo es tal vez el mayor de los sacrificios actuales, lo que hace tan intrigantes a los cínicos. El camino que transito por ahora es el compromiso que pude encontrar. Si lo tuviera que traducir en mecánicas, sería una droga y una adicción, un hambre que, como los vicios de Blades in the Dark, debe ser satisfecho frecuentemente.
Pero antes de arrancar a pensar en un juego nuevo y faltar a mis palabras, los dejo por hoy con una bella pieza de sabiduría griega 😍
Voy a estar pesado un tiempo con esta imagen. Dice gnothi seauton, probablemente una versión más arcaica de esa frase, que reza "conócete a ti mismo" 👏 |
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