¡Buenas buenas! Sólo vine a sacarle el polvo y el olor a naftalina al blog, hagan como si no estuviera. Pero con el plumero y la escoba traje la décima parte de la crónica de esta campaña de Burning Wheel 🙌, que abarca la sesión nro. 15 (tengo que resolver esa disparidad entre las partes de la crónica y las sesiones).
Respecto de la situación general del blog, estuve en modo veraniego y sin tanta inspiración para publicar, aunque sé que la pluma se alimenta del esfuerzo antes que del genio 😤. Esperemos que el otoño traiga mayor voluntad de encierro monástico y escritura.
¿En qué quedaron nuestros héroes al terminar la sesión pasada? Leanathar el elfo, Espino el lobo, Vlad el carnicero, Teruel el cazador elfo, y Artjom el joven humano, se habían adentrado en el bosque para buscar al "capitán" de los orcos durante el asedio desbaratado a Anrikjenna. Éste capitán, llamado Shabnik o Baragún (ojo Joaquín con el vicio de los múltiples nombres), los guía a un embrujo de luna que los transporta a una nueva faceta del bosque crepuscular en la que se hallan perdidos y desconcertados, con una luna creciente gigantesca y amenazante sobre sus cabezas, reglas extrañas para el paso del tiempo, vegetación desconocida y criaturas acechantes. A pesar de lo anterior, logran dar caza y acabar con el capitán orco, con la esperanza de que esto dé fin al embrujo lunar. Sin embargo...
Al alzar Teruel, esperanzado, la vista hacia el cielo nocturno, buscando el fin del embrujo, encuentra el mismo ambiente enrarecido y la misma luna agigantada y silenciosa, y la desesperación se vuelve a abatir sobre él, ahora acrecentada ya que la solución que ensayaron no les dio resultado. Es desconcertante ver este nivel de desesperación en un elfo, e inesperadamente Leanathar se le une en el ánimo, especialmente cuando se reconoce un asesino al ver a los orcos, por inhumanos que sean, asesinados por su mano.
Para mitigar su congoja, Leanathar entona el Lamento del Sol Poniente, el cual convenientemente se entona desde la salida hasta la puesta de sol 😩. Sin embargo, dado que están atrapados en una noche, en apariencia, eterna, orientarse temporalmente es más difícil para el elfo, y cuenta con la ayuda de Vladimir y su conocimiento de la luna. Aún así, tras casi un día de cantos que se van quebrando y entrecortando por la desesperación, Leanathar siente la indiferencia del bosque y se entrega de lleno a su desesperación (y marca tirada para Congoja).
Pero esto no es todo. Mientras las horas del lamento pasan, los que acompañan a Leanathar empiezan a notar que la luna se aproxima más y más rápido a su fase de luna llena, sin que su crecimiento se corresponda con su percepción del paso del tiempo. Para cuando Leanathar termina su lamento, Vladimir calcula, han pasado 9 días 😨, si se guía por la fase actual de la luna. El grupo se muestra perplejo por este descubrimiento, y además de esto, hambriento. Podrían quedar atrapados en esta región misteriosa por mucho tiempo.
La discordia empieza a ganar al grupo, y los elfos, parece, desean abandonar al resto para perderse en su desesperación y en este entorno extraño, pero Espino y Vladimir intervienen para que esto no ocurra, ya que hay una oportunidad, todavía, de escapar.
Vladimir invoca a los Moshi, y poco después se escucha un inquietante aullido que sobresalta incluso a Espino. Los Moshi comunican a Vladimir que su destino está entrelazado con el del lobo al que acaba de escuchar, y que debe cazarlo y obtener su piel para cumplir dicho destino y escapar del embrujo de luna.
El aullido se acerca, y Vladimir convence al resto de que se preparen para afrontar a este lobo misterioso, que pronto aparece ante ellos. Un lobo de gran tamaño y porte, de apariencia noble, mayor en tamaño y fuerza de voluntad que Espino, pero marcado por varias heridas de batalla, se acerca y pregunta a los héroes por qué, y quién, lo ha llamado.
Pero hay otra cosa extraña con este lobo. Porta las mismas marcas de nacimiento en el pelaje que el lobo representado en el escudo de armas de Vladimir, lo que sorprende a todos. Espino inquiere información sobre el lobo nuevo, que se presenta como Umbrío y, a diferencia de los héroes perdidos, reconoce estas tierras como propias, y afirma poder entrar y salir del bosque encantado a su antojo. Parece que el aullido de Espino para llamar a aquello que se perdió de Vladimir, la sesión pasada, en los muros de Anrikjenna, atrajo también la atención de este lobo que parece conectado con el pasado, o con el destino, del noble carnicero.
Vladimir, abandonando toda mesura, comunica al lobo que los Moshi le indicaron que debe matarlo. Tras esto, como haría cualquier ser cauto, Umbrío empieza a retroceder, primero con lentitud. Espino y Leanathar intentan transmitirle confianza para que se quede, sin éxito, tras lo cual el lobo empieza a huir de ellos, y ellos intentan seguirlo.
Jugamos un range & cover inusual, sin flechas, prácticamente, con el único fin de acercarse los héroes a Umbrío, interrumpir su huida y extraer de él más información (R&C es un tipo de subsistema orientado a combates a distancia y persecuciones). Sin embargo, el lobo demuestra un conocimiento mucho mayor del bosque encantado que ellos, lo que le ayuda a escapar, pese a los fútiles intentos de los héroes por gritarle, intimidarlo, o convencerlo de que se detenga. Finalmente, pierden a Umbrío de vista, a pesar de un último intento de Vladimir por arrojarle un cuchillo.
Y los héroes vuelven a estar perdidos y solos, pero ahora, encima, sin Artjom, el humano que acompaña a Vladimir, quien quedó en el claro en el que estaban, aterrado por la mirada de Umbrío antes de huir. Las discusiones vuelven, otra vez parece que el grupo se separará, dado que Vladimir desea a toda costa rastrear al lobo, pero esta vez Leanathar lo convence de que abandone una empresa tan inútil, y se concentre en quedarse con los demás y ayudarlos a escapar de este embrujo.
Una vez que lo calma, Leanathar cede a sus demonios 😩 y decide parlamentar con otro árbol, pero, esta vez más cauto, quiere buscar un árbol puntual que no lo traicione. Mientras Leanathar y Vladimir están en esto, Espino retrocede sobre sus pasos para localizar a Artjom en el claro, y reunirlo con el grupo. Lo encuentra en posición fetal, abrazado a una muñeca que armó y a la que llama con el nombre de su hermana, Lina. Cuando Espino lo calma, Artjom revela que está preocupado por su hermana, pues desea que ella tenga los padres que él no pudo tener (porque Vladimir asesinó a su madre, ejem). Y sin embargo, Lina está en Anrikjenna bajo la tutela de su tío (hermano de su padre), quien no desea que la niña esté bajo la funesta influencia de un bárbaro de Burivostok. Espino le dice que, si hace falta, se comerá al tío de Lina, y acuerdan dirigirse a la Ciudad de los Puentes a convencerlo como sea necesario.
Tras volver con el resto del grupo, rastrean a Leanathar hacia un valle profundo y poco auspicioso, en cuyo fondo el elfo encontró un árbol de corteza rojiza y hojas blancas, casi plateadas, un árbol que desconoce por completo. Con la ayuda de Teruel, cantan para despertarlo.
No encontré imagen apropiada 😤 |
El árbol, que se presenta como un ejemplar de una especie llamada Mashturi, primos lejanos de los Festori que se habían encontrado en una colina hace varias semanas, cuenta a Leanathar que un clan drúidico se encargó de recluir a todos sus congéneres al reino encantado de la luna, para ocultar sus propiedades al vulgo. Esto es porque los Mashturi sirven para entrar y salir de un bosque encantado, y su madera para protegerse de los efectos nocivos de la luna llena.
Leanathar se encuentra incrédulo ante la posibilidad de que un clan humano sea poseedor de tales habilidades de comunión con la fauna y con el reino de la luna, y más aún, de que tal cosa haya pasado desapercibida para los elfos. El árbol le recuerda que los elfos, según le contaron, hace bastante tiempo se recluyeron en el este y se refugiaron en sus tierras, dejando abandonados a tantos árboles para los que solían ser cual pastores. Y que aparecieron, no sólo imprudentes humanos taladores del bosque, sino también cultos y clanes que tomaron en parte el lugar de los elfos del cuidado de los árboles.
Este árbol no siente animosidad ni por los elfos ni por los druidas, tampoco interés por participar de estas intrigas que cuenta a Leanathar, pero valora la compañía de alguien versado en la lengua de los enraizados, por lo que regala un fruto para que Leanathar plante como y donde desee, y una rama para que utilice por sus propiedades cuasi mágicas.
Mientras Leanathar parlamentaba casi hora y media con el árbol 😩, Vladimir caza y cocina para aliviar el hambre al grupo, y Espino, nuevamente, intenta que Teruel el elfo confiese los secretos que alberga su corazón, sus sospechas sobre Leanathar y sobre las ambiciones de los elfos, pero vuelve a fracasar contra el mutismo del cazador, quien sin embargo le promete que eventualmente le contará lo que su curiosidad desea saber, cuando se encuentren fuera del embrujo lunar.
No escapa al grupo la noción de que en este valle el tiempo pasa todavía más rápido que en otras porciones del bosque, y que la hora y media de charla con el Mashturi hace que la luna llegue, prácticamente, a su fase de luna llena, lo que Vladimir calcula como 5 días más.
Por último, Leanathar pide consejo al árbol para escapar del bosque, con lo que el árbol crea un portal en su propia corteza, que los héroes cruzan para encontrarse con una fría mañana de primavera en un bosque que vuelve a ser familiar para ellos. Finalmente están en "casa", y empiezan el retorno a Anrikjenna. ¿Qué habrá pasado allí en estos días?
Suficiente por hoy. Fue una sesión larga y muy satisfactoria, como la anterior, se nos hace evidente que hacen falta sesiones de 5 horas para sacarle el jugo a Burning Wheel y sus subsistemas, y para que el protagonismo rote adecuadamente. Ensayamos jugar de mañana, y también fue una experiencia provechosa, así que puede que esto se repita en el futuro.