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domingo, 22 de enero de 2023

Llegaron del Oeste: Crónica, parte VIII

¡Buen enero para todxs! Sabrán disculpar mi falta de publicaciones, pero estuve inventándome una nueva personalidad playera y deportista que volverá al armario cuando termine la temporada. Y viciando con el Dwarf Fortress, para compensar un poco. Pero lo más importante, retomamos la campaña de Llegaron del Oeste, como habrán sagazmente deducido por el título 😏. Sin más delaciones, vayamos a la sesión, la 13ra con esta campaña, y ya un nuevo record en lo que a campañas con una misma ambientación se refiere.

¡El asedio de Anrikjenna!

Cortamos la sesión pasada con un furioso debate con la máxima autoridad de Anrikjenna, la Hermana Superiora Ljubljanna (¿habrá otros personajes con nombres de ciudades? 🤔) para poder convocar a los habitantes de la ciudad de los 6 puentes a combatir contra el asedio orco. El resultado fue un compromiso (anunciado en voz alta por Tineva, otra de las Hermanas), Vlad trabajará en el puente que falta a la ciudad de los 6 puentes, pero a cambio el exilio y excomunicación de Rilike y Leanathar es revertido, y tienen el permiso de convocar públicamente en la plaza del pueblo, contra el asedio orco.

La sesión pasada también terminó con un aullido de Espino, denunciando la inminente traición de Varja, líder de una de las unidades de Burivostok dirigidas a ayudar a su vecina ciudad.

Pues bien, luego de este aullido, un grupo de orcos se aparecen para intentar capturar o matar al gran lobo, a lo que éste decide conducirlos contra las fuerzas del traídor Varja, quien, a su juicio, merece morir. Los guía cuidadosamente hasta que ambas fuerzas se entrechocan, y huye con Artjom (el niño dagas) a los muros de Anrikjenna, en los que es detenido por una vetusta costumbre de la ciudad: cualquier criatura espiritual que quiera ingresar debe ser apadrinada por algún hidalgo o persona de merecimiento y reputación de Anrikjenna, la cual responderá por sus actos. 

Tras una intensa espera y discusiones con otra Hermana, Espino consigue que un soldado lo apadrine, y busca al resto (Vlad y Leanathar), a quienes encuentra y comunica de la situación de Varja y sus tropas. Todos deciden correr a rescatar a Varja y sus tropas (aunque Espino preferiría abandonarlos a su suerte). Al llegar, encuentran a los orcos apresando y llevándose como esclavos a la mitad de los 25 cazadores y leñadores, mientras que el resto yacen malheridos, posiblemente muertos, entre los últimos Varja.

¿Cómo se encargan de los orcos? Un disparo certero de Leanathar y un bravo ataque de Vlad logran expulsar a los orcos. Tras lograr esto, arrastran a los heridos de vuelta a Anrikjenna y organizan para que los cuiden.

Llegan, además, justo a tiempo para la Hora Nona, durante la cual se llevaría a cabo la convocatoria o leva en la plaza de la ciudad. Vlad toma la palabra y explica a los tumbos la importancia de combatir contra los orcos que acosan los muros de Anrikjenna, Leanathar habla a continuación, y en conjunto logran convocar a unos 50 guerreros, ya armados.

También llaman a los 35 soldados de la otra unidad de Burivostok (la que comandaba Vlad), y los reúnen con los citadinos convocados. Tienen 2 días para la llegada de los elfos arqueros que prometió Menethor (noble elfo) a Leanathar, por lo que deben organizar la defensa de la ciudad amurallada hasta entonces.

Durante este tiempo, Espino aprende sobre Regir, un bibliotecario sabio que puede curar a algunos de sus lobos, heridos por orcos recientemente. Regir no quiere abrir la puerta, y les indica que se vayan y busquen a otro curandero. Espino no se olvida del bibliotecario, y vuelve poco después, solo, a llamar a su puerta. Esta vez logra que Regir le abra, y nota que su voz está cambiada incluso con respecto a la vez anterior que lo escuchó.

Cuando entra, ve el estado de encierro y falta de aseo del estudioso recluido, sin embargo lo interpreta como una cueva y se siente cómodo allí. Pronto se entera del inesperado motivo del encierro de Regir. Regir, cuenta al lobo, nació hembra, sin embargo y para poder dedicarse a sus pasiones, propias de los varones, decidió volverse uno de ellos. Contactó con una bruja que vive cruzando el Río del Olvido, quien le vendió una pócima para cambiar su voz y parte de sus rasgos faciales y corporales, de tal modo que pueda pasar por varón en la rígida comunidad de Anrikjenna. 

Con el asedio, Regir perdió toda posibilidad de conseguir nuevas pócimas, por lo que los efectos se están revirtiendo y el bibliotecario se encierra todavía más, para que nadie note su transformación. Espino se compromete a ayudarlo, a cambio hace algunas preguntas al sabio relojero, ya sea sobre la luna como sobre el origen de los orcos y sobre las fascinantes torres élficas, de las que escuchó hará unos días, de boca de Patamlush, el elforco.

Regir comenta una interesante leyenda a Espino: se cree que el Monasterio de las Lágrimas, ubicado al sur de Anrikjenna, fue construido sobre las ruinas de una edificación anterior, y algunos decían que eran los cimientos de una construcción élfica, de una de estas torres que en tiempo de antaño llegaban hasta las mismas estrellas. Este monasterio, sin embargo, fue clamado por la luna, y no suele mostrarse a los incautos salvo durante las noches de luna llena.

Espino comenta de todo esto a Vlad y Leanathar, y aprovechando algunos momentos muertos durante la preparación marcial contra el asedio, Leanathar se aventura con su grupo a buscar un árbol, en las afueras de la ciudad, al que preguntar sobre todo esto. Se encuentran con un roble de apariencia amigable, el cual, luego de conversar con ellos un buen tiempo, les revela que delató su posición a los orcos, y en ese momento descubren que están rodeados. Vlad, instado por los Moshi, intenta combatir valientemente contra los orcos, pero es herido, y Espino debe correr a su rescate, cargándolo en su grupa mientras huyen con Leanathar.

Una noche antes de que lleguen los elfos, con nuestros héroes ya recuperados de sus heridas, el Tanaqoma, el volcan al norte, vuelve a hacer erupción, esta vez más fuertemente que las anteriores, y los orcos entran en un frenesí de violencia, asaltando súbitamente los muros de la ciudad de los 6 puentes. 

Leanathar lidera valientemente la defensa de la fortificada ciudad, y lo hace con éxito a pesar de la desventaja numérica, expulsando a los invasores. Durante la batalla, Vlad salta fuera de la protección de los muros, libera a los lobos esclavizados por los orcos, y con algunos pocos guerreros, tumba a un troll y lo decapita. ¡Gran hazaña!

Cortamos la sesión con los orcos expulsados, si bien el asedio de Anrikjenna sigue en pie, y con los elfos llegando a la ciudad para reforzar sus defensas y preparar el quiebre definitivo del asedio, si el destino todavía sonríe a los protagonistas.

Algunas observaciones interesantes sobre las mecánicas y dinámica de juego: fue una sesión larga (5 horas), lo que tal vez sea notorio por la cantidad de eventos que la poblaron (y eso que algunas cosas no las relaté). Por primera vez en varias sesiones, gastaron una buena cantidad de Artha, aunque ganaron al final de la sesión en similar cantidad. Necesitamos sesiones largas para mantener este buen ritmo de gasto de Artha.

El otro tema fue que no hubo conflictos extendidos esta sesión. El asedio de Anrikjenna quedó justo en la última hora de la sesión, por lo que tuve que apurarlo un poco y no pude explorar el conflicto todo lo que me habría gustado. Mi idea era que cada pj que quisiera pudiera realizar pequeñas misiones durante la batalla, como capturar a un líder enemigo, liberar captivos, o tomar una posición importante, y poner fights en estos momentos. Estas misiones individuales, como si fueran tiradas vinculadas, ayudan a la tirada general de Táctica para defenderse contra el asedio. Por falta de tiempo para encarar un Fight!, tuve que resolver estas peleas como tiradas únicas. Para la próxima sesión, la idea es explorar con más tiempo las mecánicas de batalla, y tal vez armar una publicación al respecto, porque funcionaron razonablemente bien.

Eso es todo por hoy, ¡hasta la próxima!

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